27 de febrero a 7 de marzo

Cuando Shiva Viajes contactó conmigo para comentarme que estaban pensando en preparar un viaje literario a Cuba para recorrer los escenarios de las novelas «Desaparecida en Siboney» de Rosario Raro y «1898 El rapto de Cuba» de Emilio Sáez Soro y que nos acompañarían los propios autores, no dudé en apuntarme a esta inolvidable experiencia

Yo ya había estado en Cuba y había recorrido la isla de norte a sur, pero de eso hace muchísimo tiempo y no sabía que nos íbamos a encontrar en este viaje. No conocía demasiado a ninguno de los viajeros que se animaron a vivir esta experiencia, pero finalizado el viaje solo puedo decir que ya son mis amigos.

Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Podría contaros muchas cosas como por ejemplo que, en Cienfuegos, Ángel Melians, escritor de allí, con quien Rosario y Emilio Sáez participaron en un encuentro junto con otros autores como Atilio Caballero y Yoan Deríes y que tuve el placer de presentar. Nos llevaron hasta la terraza del hotel La Unión para que viéramos (exactamente) la imagen de la portada de la novela de Rosario, que los editores decidieron que fuera esa y no Siboney, dato que la propia autora desconocía. Fue como estar dentro de ese libro.

La cultura en forma de música está en cada esquina, no solo en La Bodeguita, El Floridita o ya en Santiago La casa de La Trova, sino en cada plaza, en cada calle y en cada restaurante. La poesía, la novela, las asociaciones y la esperanza se respira en cada encuentro, en cada biblioteca , en cada calle también.

Un viaje a otra época, pasear por el lugar donde Fidel, el Ché y Camilo decidieron cambiar el rumbo de la nación, edificios que por necesidad siguen en pie hermosos y orgullosos, la lucha de los taxistas con sus «almendrones» unos coches que parece increíble que aún rueden y más cuando ves que el taller es también la propia calle.

Unas playas paradisiacas donde cenar langosta, pero no hay leche… Un mundo difícil de describir con mis humildes palabras.

En Santiago participamos en un encuentro con quince autores y editores. Visitamos bibliotecas, la fundación Nicolás Guillén, tuvimos una tertulia con el historiador Reinaldo Suárez, hablamos con el conservador de la capital de oriente, Omar López…

Recorrer ese país en donde la necesidad está más presente que cualquier cosa y la gente te recibe con una sonrisa y lo que tiene, que muchas veces es poco, es un viaje para valorar lo que tenemos. Me quedo con la amistad de quienes me acompañaron y de las personas maravillosas que conocimos allá. Entre muchas: Raisa, Dianelis, Delfina, Yoslai, Raúl, Amarilis y tantos otros con los que compartimos vivencias en La Habana, Escaleras de Jaruco, Cienfuegos, Santa Clara, Trinidad, la península de Ancón, Trinidad, Camagüey, Bayamo y, por supuesto, Siboney y Santiago de Cuba. Seguiremos en contacto.

Gracias especiales a la organizadora Shiva Viajes y especialmente a su directora que vino al viaje y nos dio muchísima seguridad. Agradecerle también que yo, como presidente de la asociación Musilide, tuviera una presencia importante que me hizo conocer muy de cerca lo que es crear cultura cuando falta lo más básico .

Repetiremos muchos más destinos, sin duda.

Una experiencia que me ha enriquecido muchísimo.